martes, 15 de julio de 2008

miércoles, 2 de julio de 2008

La gran amenaza de los “hermanitos menores”

En su hamaca, frente a uno de los cuatro fogones que iluminan el interior del gran templo ceremonial de Seiyua, en las cabeceras del río San Miguel, Mama Valencio, principal líder espiritual de los Kogi, descendientes de los antiguos Tayrona de la Sierra Nevada de Santa Marta, frota suavemente su poporo recubierto con la cal de conchas marinas que sirve para masticar las hojas de coca. Una y otra vez, con tristeza y amargura, se pregunta sobre las razones que han llevado a los "hermanitos menores" a una nueva agresión cultural.

La autorización del Minambiente para la construcción de un puerto sobre Jukulwa contraviene los conceptos técnicos de reconocidos institutos de investigación e incumple con la consulta previa a la comunidad que ordena la Constitución.

Esta vez se trata de la destrucción de uno de los espacios sagrados que, desde el inicio de los tiempos, ha servido de referencia y memoria para el mantenimiento de la Ley de Origen y el ejercicio de las prácticas tradicionales. Él sabe que la autorización del Ministerio del Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial para la construcción de un puerto sobre Jukulwa contraviene todos los conceptos técnicos de reconocidos institutos de investigación e incumple con la consulta previa a su comunidad que ordena la Constitución Política de Colombia, violando de esta manera uno de sus derechos fundamentales.
La Sierra, además de ser el "Corazón del Mundo", es el centro del universo, es pensamiento y realidad, y también la razón de existir de los Mamas y de la comunidad, quienes deben garantizar con su trabajo que toda intervención del hombre se haga en armonía con la naturaleza. Es una responsabilidad no solo para con sus hijos sino también para con los hijos de los "hermanitos menores".

El territorio ancestral está conformado y delimitado por numerosos sitios sagrados mayores y menores, cada cual con funciones específicas. Interconectados entre sí, constituyen una red de energías que mantienen la vida. Así los picos nevados se conectan con las lagunas sagradas; estas con las quebradas y ríos que se conectan a su vez con las madres viejas y el mar, lugar de origen. Este complejo sistema de interconexiones se reproduce en la organización social, por lo que hombre y naturaleza van siempre de la mano. Es un sistema indivisible que da sentido a la vida, a la naturaleza, al territorio tradicional y a la cultura, es la fuerza que da vida a todos los elementos de la Sierra Nevada.

Cada uno de los sitios sagrados hace referencia al origen de elementos de la naturaleza y de los linajes o grupos sociales de la comunidad. Cada linaje es guardián del conocimiento de un territorio particular y de un sitio sagrado que sirve de fuente de conocimientos. Desde allí, los Mamas administran y orientan el manejo del territorio, aseguran todo lo que va a pasar, cuidan la vida animal y vegetal, el agua, la lluvia, el aire, la tierra, los alimentos, hacen las ofrendas y piden permiso para garantizar que cada actividad o intervención humana este acorde con la Ley de Origen. Son sitios intocables donde se curan las enfermedades, donde se adivinan y celebran los procesos del ciclo vital y donde se resuelven conflictos. Cada sitio sagrado tiene una jurisdicción y las normas que se dictan desde allí no se pueden cambiar, son permanentes como lo es la Ley de la Madre.

Autor: JUAN MAYR Revista DINERO
06/20/2008