viernes, 6 de junio de 2008

El Hombre y la Tierra

No existe hoy un espacio natural en el que no se haya sentido el impacto del hombre a través de las actividades, con incidencia espacial que desarrolla en el ambiente. A lo largo de la historia de la permanencia humana sobre el planeta, el hombre ha ido estrechando relaciones con la naturaleza con el fin de lograr la satisfacción de sus necesidades primarias y superfluas, para ello ha modificado su entorno y éste a su vez ha incidido y modificado la conducta humana en una suerte de vasos comunicantes.

Algunos de los más frágiles ecosistemas han sido impactados por actividades antrópicas hasta su casi deterioro total “ pareciera que el hombre tiene el convencimiento de contar con otra tierra suplementaria en reserva , y dispuesta a ser utilizada a su capricho cuando quiera, pues, a juzgar por los daños que se le inflingen al ecosistema tierra, a menos que se cambie de postura, no se le podrá encontrar sino en jirones dentro de un gran cubo de inútiles desperdicios y, junto a ella, el hombre”.



El intento de dominar la naturaleza y explotarla para hacerla producir más, en procura de un mayor nivel de vida, no es un objetivo sólo de estos tiempos; desde que el hombre descubrió el fuego empezó a introducir transformaciones al medio natural y lo fue adaptando a sus necesidades en un grado muy superior a como lo hace el resto de los animales, pero en ese transformar llegó a alterar los ecosistemas quebrando en ocasiones sus mecanismos de preservación y produciendo un caos ecológico, porque si bien dispone de avances tecnológicos que le permiten intentar doblegar a la naturaleza, muchas veces desconoce los mecanismos de autorregulación de los ecosistemas terráqueos y lo que en primeros ensayos pareció ser un éxito más tarde se vuelve contra él.

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