martes, 25 de mayo de 2010

Lucha contra la Desertificación y la Sequía


Gracias a la actividad del ser humano y a la variación en el clima se está produciendo una grave degradación de los ecosistemas mundiales. La desertificación del planeta y la sequia provocan la destrucción de la cubierta vegetal y la erosión del suelo. La necesidad de agua por parte del ser humano cada vez es mayor. Si no conseguimos frenar la degradación de los ecosistemas los problemas y las desigualdades entre los países ricos y el tercer mundo irán en aumento.

La sequía, la desertificación, la extrema pobreza y la migración son una realidad que aun podemos corregir… por ahora.

El 19 de diciembre de ese año, la Asamblea General de la ONU proclamó el 17 de junio como el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (Resolución 49/115). Se invitó a los Estados a que dedicaran el Día Mundial a sensibilizar la opinión pública respecto de la necesidad de cooperación internacional para luchar contra la desertificación y los efectos de la sequía y respecto de la aplicación de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.

La Desertificación es la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas.

La desertificación no es un problema aislado, sino que está plenamente relacionado con los cambios climáticos, la conservación de la biodiversidad y la necesidad del manejo sustentable de los recursos naturales. Los vínculos entre estos aspectos y los factores socioeconómicos son cruciales, pues la problemática de la desertificación es un síntoma de ruptura del equilibrio entre el sistema de recursos naturales y el sistema socio-económico que los explota.

Por tal motivo, la solución pasa tanto por la concientización como por dar prioridad a políticas sustentables.

En el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía se celebran una serie de actos para intentar concienciar a los gobiernos para que promuevan planes en materia de protección de los ecosistemas que tengan como principal objetivo el desarrollo de una gestión de las tierras agrícolas, de los recursos hídricos que frene la degradación de las tierras.

Un dato muy importante que debemos tener en cuenta, España es el país de la Unión Europea con máximo índice de desertización.

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